Galerías

apuntes de esta categoría

Dulce

2 febrero, 2014

Está pensando que, al llegar a casa, le gustaría no tener nada que hacer. Sentarse arriba en el sofá de su cuarto, encender a escondidas un pitillo, las ventanas abiertas y las persianas de tirilla verde bajadas por fuera del barandal del balcón, con este calor que la tiene sofocada, quitarse la botas y pasar un buen rato hasta la hora de la comida sin hacer nada.

Solo estar allí recostada imaginándose cómo afuera, la tarde, instante a instante, empieza a ganarle el pulso de luz amarilla a esa mañana de finales de primavera en Sevilla, para írsela hurtando en ocres.

Hojear alguno de los libros que tiene a medias sobre la mesa de camilla, y acabar resbalando lentamente por el respaldo del sofá hasta quedar tumbada de costado, con las manos entre los cálidos muslos, como hacía de más joven en las siestas de la casa de Sanlúcar, acurrucándose entre los enormes cojines indios, y dormitar perdida, mezclando girones de sueños con los rumores cotidianos de la calle Alfonso XII, hasta que Fermina la llamase desde abajo para comer: “Señorita Dulceee, a la mesaaa”. Pero qué va, ni lo sueña. Dentro de poco cambiará el semáforo, y continuará empujando por el paso de peatones la silla de ruedas de su resuegra, de vuelta a casa.

Braulio

2 febrero, 2014

Acaba de abrir con el seis doble, la partida del viernes por la mañana. Por eso los otros tres aún tienen sobre la mesa, siete fichas de dominó cada uno. Han tenido que parar nada más empezar, porque al Sebas le ha dado un apretón y le ha pedido a Braulio de entrar en la Casona a aliviarse. Mientras Rafaé y Papeles hacen tiempo hablando de lo del Partido en el ayuntamiento de Dos Hermanas, Braulio, a quien como siempre le importan un güito los asuntos políticos, se ha quedado ensimismado sentado frente a la mesa blanca que tiene a la puerta de su casona, envuelto en unos inquietos pensamientos.

Rocío

12 enero, 2014

No puede más. Saldrá al balcón de la oficina donde trabaja, a tratar de despeñar desde aquella altura vertiginosa, los espantos que desde el pasado sábado la acosan con saña, dormida y despierta, sin respiro.
Desde su mesa, a través de los cristales del edificio de la Junta, en la Torre de Triana, un espectacular edificio faraónico y papal, se puede ver la luz viva del final de la mañana de un viernes del principio del verano en Sevilla. Una panorámica completa de la capital de la alegría, que apenas una semana atrás, le parecía a Rocío la única ciudad de la tierra levantada por las mujeres y los hombres que durante siglos la habían habitado, con el único designio de poder vivir mejor en ella el amor.

Camelot, el Reino Perdido

16 septiembre, 2013

Al quedarse viuda Jackie, Ari había quedado libre de su compromiso secreto con el hombre más poderoso del mundo, que desgraciadamente había dejado de serlo, debido a que algunos graciosos se habían dado cuenta, de que estaba camino de convertirse en el hombre más poderoso del mundo de verdad, con lo cual ellos, que no eran muchos pero eran transparentes, estaban empezando a dejar de serlo.

En dos años más, desde aquella noche en que tuve la oportunidad de hablar con él y echarle una manita desde el barco de Ari, ese joven sería reelegido por aclamación para un segundo mandato, y en los cuatro años siguientes, lograría poner de acuerdo a todo el mundo, es decir a todo el mundo, para ponerse a arreglar entre todos, los patios de todas las casas y de paso, todo el planeta azul.

Después su hermano que no era tan inteligente pero que era mucho más listo que él, se presentaría a la presidencia de los Estados Unidos, él también arrasaría, y tendría otros ocho años más para terminar el trabajo, con lo cual después de dieciséis años en esa línea, aquellos tipos extraños y oscuros dejarían por completo de ser transparentes, y no les quedaría más remedio que ser educados y respetuosos con el mundo. Y eso sí que no.

Ir al inicio