El sedimento de la cultura
española en el alma sueca
tras generaciones de veranos,
en sus cálidas y apacibles costas.
Por su parte el director del instituto se sintió muy aliviado, cuando las medidas de protección de la policía en el lugar de los hechos, fueron retiradas. Inmediatamente tomó a su cargo la dirección y la reanudación de obras, pues lamentablemente, ya no se podía contar con el profesor de filosofía que se había convertido de repente, en un profesor de filosofía básico.
Las obras continuaron a buen ritmo y la empresa contratista entregó, según lo previsto, cuatro campos de béisbol, justamente coincidiendo con el alumbrado del Real de la Feria en Sevilla, la primavera siguiente. Pero aquello, por coincidencias precisamente de fechas, impidió la presencia del maestro Curro Romero, en la fiesta de inauguración de los cuatro campos aunque, no obstante, prometió su presencia para más adelante, ya que él jamás había faltado de Sevilla en abril.
La reconversión de cuatro campos de béisbol en un coso, se llevaba a cabo, según el diseño previsto, siguiendo un protocolo de actuación en el que se invertían tan solo veinte minutos, incluyendo burladeros y toriles. El diseño sueco, era ejemplar. En poco más de un cuarto de hora, Idre, Jämtland y Escandinavia, disponían de un coso taurino donde apreciar la magia del arte Cúchares (la antigua danza del hombre con la muerte que, como una luna de afiladas puntas, corona la noble cabeza del toro bravo) justo en el lugar donde poco antes se jugaba a darle a una pelota con un palo. Ni comparación.
El campo de béisbol, la plaza de toros y la escuela taurina llevaban su nombre. Fritjolf Olofsson, el director, había rechazado inicialmente la propuesta del consejo en este sentido, pero la presión de los padres en el APA, que estaban encantados de aquella realidad, le obligó a ceder. A la entrada del recinto un letrero anunciaba el campo de béisbol de Idre Fritjolf Olofsson:
IDRE BASEBALL FÄLT “FRITJOLF OLOFSSON”
Un sencillo mecanismo basculante permitía dar la vuelta rápidamente al letrero, que en el momento oportuno mostraría en español:
ESCUELA SUPERIOR DE TAUROMAQUIA DE IDRE “FRITJOLF OLOFSSON”
Lo cual, naturalmente, propiciaba que el común de los ciudadanos ajenos a la secreta iniciativa, se encogiese de hombros pues desconocía lo que aquel cartel en español significaba. Debajo, en idioma vernáculo y letra muy pequeña para evitar que una excesiva divulgación del contenido aclaratorio pudiese acabar llegando a sectores contrarios al noble arte, aparecía la traducción:
Idre Överlägsen Tjurfäktning Skolan “Fritjolf Olofsson”
No fue lo único que sacó el director de esa experiencia. En las tientas privadas que empezaron a celebrarse en su despacho, a partir del consejo en el que se aprobaron las obras del campo de béisbol, la señora Blomqvist, como sobrera pasó a ser sustituta de la astada titular, ya que, como pudo comprobar el director con satisfacción, también eso se le daba bien.
del libro «El manuscrito de Pitágoras» de Alvaro Fossi.