Por su parte el director del instituto se sintió muy aliviado, cuando las medidas de protección de la policía en el lugar de los hechos, fueron retiradas. Inmediatamente tomó a su cargo la dirección y la reanudación de obras, pues lamentablemente, ya no se podía contar con el profesor de filosofía que se había convertido de repente, en un profesor de filosofía básico.
Las obras continuaron a buen ritmo y la empresa contratista entregó, según lo previsto, cuatro campos de béisbol, justamente coincidiendo con el alumbrado del Real de la Feria en Sevilla, la primavera siguiente. Pero aquello, por coincidencias precisamente de fechas, impidió la presencia del maestro Curro Romero, en la fiesta de inauguración de los cuatro campos aunque, no obstante, prometió su presencia para más adelante, ya que él jamás había faltado de Sevilla en abril.